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Los pequeƱos actos de bondad se recuerdan, de Meily Garrido

Dios me ha estado inculcando la importancia de los pequeƱos actos de bondad como JosĆ© en GĆ©nesis 40, donde estaba en prisiĆ³n y no considerĆ³ su propia situaciĆ³n desesperada para ser considerada, sino que interpretĆ³ desinteresadamente los sueƱos del panadero y el copero. Nadie sabĆ­a que ese pequeƱo acto de bondad de JosĆ© no solo serĆ­a la llave para abrir las puertas de su propia prisiĆ³n, sino que, con el tiempo, lo colocarĆ­a en una posiciĆ³n destacada preparada para salvar a muchas naciones del hambre. La obediencia al tender la mano a los demĆ”s trae resultados sobresalientes.


Mientras estĆ”bamos en Honduras con el equipo de Redentor, este tema seguĆ­a rondando por mis pensamientos. DesafiĆ© al equipo y nos acercamos a la gente de Tolupan con esto en mente. Mientras nos disponĆ­amos a esta intenciĆ³n, una joven se me acercĆ³ y me preguntĆ³: "ĀæTe acuerdas de mĆ­?" Me disculpĆ© porque no podĆ­a recordarla. Ella respondiĆ³: ā€œMi nombre es Ana y soy la hija menor de Manuelā€. Inmediatamente supe quiĆ©n era ella. Hace diez aƱos, su padre trajo a su madre a nuestro campamento base porque tenĆ­a un dolor abdominal intenso. Supimos de inmediato que necesitaba que la llevaran al hospital (a 4 o 5 horas de distancia). Mientras hacĆ­amos los preparativos para su partida, Cristy Garrido y Heidi Winter le compartieron el Evangelio con urgencia y ella orĆ³ agradecida para recibir a Cristo. Su salvaciĆ³n estaba segura cuando partieron para el largo viaje.


Justo cuando ingresaban al hospital la seƱora falleciĆ³. El hospital entregĆ³ su cuerpo a la familia para que lo trajeran para el entierro. Nunca olvidarĆ© ese funeral, ya que los tolupanes inusualmente acordaron que Alan y el equipo no solo asistieran, sino que realizaran el funeral. El equipo de Primera LĆ­nea llevĆ³ el sencillo ataĆŗd al lugar del entierro y los tĆ­midos tolupanes se mantuvieron alejados excepto Manuel. DespuĆ©s de que bajaron el ataĆŗd, Alan encendiĆ³ una grabaciĆ³n de audio en tol reciĆ©n traducida de la historia bĆ­blica de Seguridad, afirmando que una vez que estĆ”s en la mano de Dios, nadie puede sacarte.


Los tolupanes quedaron asombrados y desconcertados al escuchar un altoparlante, mucho menos uno que hablaba en su propio idioma. Esta historia habla sobre el cuidado de Dios por aquellos que ponen su confianza en Ɖl. Fue el momento perfecto. El equipo de Frontline ministrĆ³ esa semana en muchos pequeƱos actos de bondad a la familia de Manuel al darles comida en este momento difĆ­cil. Ana continuĆ³ con su historia y dijo: ā€œĀ”Nunca olvidarĆ© lo que hicieron por mi familia cuando mi mamĆ” muriĆ³ hace diez aƱos! Trajiste comida y nos ayudasteā€. Los tolupanes son un pueblo de pocas palabras, por lo que fue alentador escuchar finalmente despuĆ©s de todos estos aƱos cuĆ”nto significaba nuestra benevolencia para la familia de Manuel.


MĆ”s tarde esa semana, en uno de los servicios nocturnos, Ana se adelantĆ³ para entregar su vida a Cristo. Fue maravilloso orar con esta chica especial. Me sentĆ­ honrado y feliz de compartir con Ana que ahora que le ha pedido a JesĆŗs que sea su Salvador, ella tambiĆ©n irĆ” al Cielo, al igual que su mamĆ”. Le dije: ā€œĀ”Ahora, tĆŗ y tu mamĆ” estarĆ”n juntas para siempre!ā€. QuĆ© dulce momento fue ese para los dos. ContinĆŗe orando por el resto de la familia de Manuel para que entre al Reino de Dios.

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